Breve reflexión sobre la democracia
- Valeria Provenzano
- 2 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Lo único que salva al demócrata de ser esclavo de su ego es saber que su práctica se admite como imperfecta. Es saber, desde el principio, que se puede perder una elección, que una política puede no surtir el efecto esperado, que un decreto puede estar equivocado y que un plan, por muy bien estructurado que esté, puede tener consecuencias desfavorables. Lo único que salva el espíritu democrático es estar dispuesto a admitir los errores para evitar que se vuelvan a cometer, aunque el costo político signifique, en este mundo de verdugos implacables, la imposibilidad del perdón y las nuevas oportunidades.
Solo se salva el demócrata capaz de ser crítico con su yo del día anterior, con su compañero de causa y con su adversario, porque no gobierna por el acierto total sino desde el intento de la optimización. Porque no idea desde la inconsciencia sino desde la imperfección: desde la humanidad. La democracia es una lucha individual constante. Un día se puede amanecer desesperanzado, y con ello, un poco anarquista. Después de una tarde de caos puede emerger en uno el lado más totalitarista. Después de un documental, se puede uno sentir un poco socialista, y después de una película, totalmente anticomunista; porque las respuestas absolutas que aseguran el paraíso en la tierra son más llamativas que una ballena fucsia caminando por Berlín, y al final del día, tan inverosímiles como una ballena fucsia caminando por Berlín.
Lo único que salva al demócrata es respirar profundo, volver al mundo real de iguales que son diferentes y de diferentes que son iguales, al mundo real que no concibe la perfección desde un único concepto, al mundo real que tiene, obligatoriamente, que cohabitar, y toma su puesto: el del mediador entre lo que siente, lo que cree, lo que profesan otros, lo que es posible y lo que domina. Solo se salva el alma del demócrata que, una vez vencedor, no deja de ser demócrata, y una vez perdedor, no deja de luchar por la democracia, aunque haya sido esta quien lo llevó a la derrota.

"La fredda determinazione dell´uomo convinto" / "La fría determinación del hombre convencido"
Intervención a edificio de mármol en el centro de Turín, Italia.
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